+Me dijo te quiero.
-¿Y qué? ¿Que pasa porqué te lo haya dicho?
+Nada, en realidad no pasa nada, pero en ese momento me sentí realmente feliz, y esa felicidad me duró la noche, y aún me dura.
-¿Y fuiste lo suficiente ingenua para creértelo?
+No, bueno sí, sólo son dos palabras, me hacía ilusión y más estando piyada de el.
+Probablemente ni se acuerde.
-Lo sé.
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