miércoles, 21 de septiembre de 2011

te extraño

Cariño que sepas que aquí en Paris te echo mucho de menos. Tú, cariño haces que siempre tenga letras para ti… aquí estoy nuevamente escribiéndote, aunque estés en la distancia.
Te escribiré cartas de amor mientras exista una pluma y las palabras que deseas leer; escribiré porque este amor que sentimos nos engrandece, nos hace soñar que se puede vivir con la esperanza de un encuentro, de que un día nuestras manos se rocen, donde haya o exista la palabra amor te escribiré siempre como te lo prometí con tanto cariño y esperanza.
Allí donde quiera que estés, en la distancia, siempre estoy contigo, despierta y soñando te llenaré de palabras de amor y caricias… porque estas líneas que te envío están tan llenas de fe y sentimientos que nunca dejo de decirlo o escribirlo.
Buscaré entre todas las palabras del diccionario tratando de buscar nueva palabras para escribirte o decirte; pero pienso mi amor, que todas las palabras las tenemos agotadas en nuestras cartas, y además no puede existir palabras más lindas que decir -te quiero -así sin más, porque es lo que debes entender: Que cada día es un amor nuevo, es un “Te extraño” nuevo. Sólo tú haces renacer estas letras y estas ansias de decirte lo que eres para mí.
Estás en todas mis cosas, en mis risas, en mis penas, en mis paredes que sólo tienen tu nombre, en el infinito de tus ojos donde con sólo cerrar mis ojos puedo verme en ti y susurrarte que eres mío, que siempre lo serás, que puede el tiempo pasar más nuestro amor siempre permanecerá así: tan nuevo como en los comienzos de nuestro primer encuentro
¿Recuerdas?
Déjame quedarme aun en la distancia junto a ti, abrazarte como si aquí estuvieses, como si me besaras y este amor nos consumiera cada instante que nos soñamos tú y yo.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Las cosas claras de una vez...


La envidia es una declaración de inferioridad ¿sabes?.
Y tú con todo esto me demuestras que eres la mierda más ínfima del planeta.

Mira, si no te gusta tu vida te jodes, pero no me jodas a mí.
Fácil de entender, aunque tu cerebro ciego y opaco no lo comprenda.
...Te estoy llamando gilipollas, por si no captas las indirectas

Y si, esto lo hago para desahogarme como una persona medianamente civilizada, aunque me gustaría romperte algo contra la cabeza :)

Un día para recordar.



 
Un día te levantas y la habitación está llena de rayos de sol. El cielo es azul y algunas nubes muy blancas se sientan sobre él. La música regala notas alegres, invitándote a bailar. Y bailas. Sola. Invisible. Sin coreografía. Divirtiéndote a primera hora de la mañana. Como si te esperase un gran día. Uno diferente. Uno de esos para guardar, para escribir, para dibujar. Y te pones tu mejor ropa, deseando que ayude. Y sales a la calle, sonriendo. Pensando en lo bueno que tienes y olvidando lo peor. Agradeciendo el calor y el aire que, de vez en cuando, te saludo. Y entonces lo sabes. Sabes que ya es verano. Que llegó el tiempo de piscina, de playa, de leer por placer, de fiesta, de amigos, de enamorarse. El verano de escuchar música, de dormir sin despertador, de tomar el sol. El verano que deseabas y que te merecías. Pero, sobretodo, un verano especial y diferente gracias a aquellas personas que con una sonrisa, unas palabras o un abrazo hacen que cada día de tu vida sea un día para recordar.


Dejate llevar.



Es cierto que hay que ser consecuente con lo que se hace,
pero hay un punto en el que no sabes cómo actuar,
y haces una cosa u otra. Con el tiempo, te das cuenta
de que tendrías que haber cogido el otro camino,
ojalá pudieses volver atrás en el tiempo... todo tipo
de pensamientos rondan tu cabeza, de arrepentimiento.
¿Para qué vas a seguir rayándote?
De los errores se aprende . . . !

Tal vez no fue casualidad.


Hoy he pensado en él, he recordado cómo nos conocimos y me he sentido bien. Pasé a su lado buenos días, muchas risas, algún que otro secreto, charlas, pequeñas confesiones y grandes momentos. Se convirtió en compañero de mañanas, tardes y noches e incluso en el peor momento estuvo a mi lado. Sin apenas conocernos creamos un buen ambiente, empezó a notarse ese "feeling" entre los dos. Miradas cómplices, sonrisas tontas y pensamientos mutuos. Poco a poco nos fuimos conociendo y empezamos a hablar de gustos comunes, de música y de amigos. Colaboró en mis gamberradas y juntos disfrutamos de bromas y estupideces. La confianza fue creciendo y empezó a convertirse en alguien para mí. Durante medio mes convivimos juntos. Desayunar, comer, cenar, dormir... Hicimos vida juntos. Me dio pena cuando aquello acabo porque aunque vivimos en el mismo sitio no creí que volveríamos a vernos. Él tenía su vida y yo la mía antes de conocernos ¿por qué iba a cambiar ahora? Es curioso, hace unos días hable con él. Después de un rato charlando me dijo por dónde suele salir, con quien va normalmente y pensé en pasarme algún día por si le veía de nuevo... Pues hoy, sin planearlo si quiera, me le he cruzado, nos hemos saludado y después de hablar un poco cada uno ha seguido su camino. Quiero volver a verle, me ha sacado una sonrisa.