lunes, 26 de diciembre de 2011



Sabía que estaría ahí cuando le necesitase. Conocía muy bien sus estados de ánimo como para fallar, pero me equivoqué en cuanto a la actitud que tomaría. No sería igual conmigo desde que le dije que falló, que se dejó influenciar por la mentira y el bienestar, pero me tomó por sorpresa. Le había perdido y se había ido para no volver mientras no se iba a ninguna parte. Su cuerpo seguiría con vida en el mismo lugar, pero su presencia vivaz estaba muerta para mí. Sí, yo le había herido diciendo la verdad y eso me demostró que no era su mejor amiga, eso me demostró que yo era las palabras que él quería oír cuando necesitaba una salida
- Te has sentido muy sola, ya lo se, y lo siento... Ahora solo quedamos los dos, y algun dia solo quedara uno... eso se me hace insoportable...
+ Por esa razon debemos de querernos ahora al máximo... mientras podamos hacerlo...
- Te quiero.


Vamos a jugar a un juego. Antes de nada debo de advertirte que el juego no es nada fácil. Habrán bastantes obstáculos que obligatóriamente tendrás que pasar para poder seguir:
Levántate, ponte recta y levanta bien la cabeza. Fija tu mirada en el horizonte y empieza a caminar. Camina lentamente, pero no demasiado, ya que el tiempo no va a tu favor. Simplemente debes ir a la velocidad justa, la que te permite disfrutar de cada paso. No pares, eso es lo más esencial, si te paras, pierdes. Cuanta más seguridad tengas, más puntos ganas. Olvida los malos recuerdos, deja tu mente en blanco, abre tu corazón, piensa en el presente, en el hoy. Intenta ser feliz con cada instante y ni se te ocurra llorar con el pasado, porque por cada lágrima, retrocedes un paso. No aceleres repentinamente, o te saltarás casillas que luego no podrás jugar, porque lo más importante de este juego, es que si das la vuelta, quedas eliminada.


Las personas somos como los bombones. Pueden ser bonitos por fuera, pero lo que importa es lo de dentro. El bombón puede tener un emboltorio muy bonito, pero lo que cuenta es el chocolate. No te obsesiones con tu imagen. Que lo que importa es el interior. Porque la imagen al fin y al cabo se va ir envejeciendo con la edad. Lo de dentro no. Lo de afuera no, no vas a ser la misma niña guapa toda tu vida. Así que no te obsesiones por tu imagen, piensa en el interior.

Tu y yo podríamos ser felices en cualquier parte del mundo, en 205 países distintos, en 1.961.969 ciudades. Desde la terminal sale un avión aproximadamente cada dos minutos. Estuvimos muy cerquita, vimos un avión despegar e imaginamos donde iría. Nunca he viajado en avión pero he hecho muchas veces turismo contigo. A base de unir tus lunares me hice un itinerario. Marqué con besos los lugares más visitados, para dejar huella, para descatalogarlos, para que nadie pudiera verlos más. Un lugar es infinitamente mejor cuando eres el último visitante. Dibujé con el dedo la ruta a lugares paradisiacos, inexplorados, lugares en los que no reparan los turistas de paso, pero yo si porque aquí me quedo. He instalado mi residencia en tu cuerpo y pienso hacer un recorrido nuevo cada día.

Antes de ti, no, yo no creía en Romeos, Julietas, muriendo de amor. Esos dramas no me robaban la calma, pero la historia cambió, pero esta historia me cambió... Dicen que se sabe si un amor es verdadero, cuando duele tanto como dientes en el alma. Dicen que lo nuestro es tan solo pasajero, pero qué sabe la gente lo que siento cuando callan. Y ahora tú, llegaste a mí, amor, y sin mas cuentos apuntas directo en medio del alma. Ahora tú, llegaste a mí, sin previo aviso, sin un permiso, como si nada.