domingo, 4 de diciembre de 2011

Explotar, cual pompa de jabón.


Uno de esos días en los que uno quiere mandar todo a la mierda. Sólo me apetece tumbarme en la cama, ponerme música y llorar, llorar desconsoladamente hasta desahogarme totalmente. Y esque veo que el mundo se me queda demasiado grande y me sobrepasa riéndose de mí por ello. De nada me sirve esforzarme porque todo lo que hago acaba en fracaso y hace que una impotencia abismal se apodere de mis ganas y mi fuerza. Cabe la posibilidad de abandonar esta lucha constante con el día a día y someterme a su voluntad.  Asumir que la vida me ha ganado y vagar por herrante por ella....
Pensaré acerca de ello.

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