sábado, 11 de enero de 2014

Y, posar tu mano sobre la mía, y sentir que me da igual el mundo. Y rozar el cielo, al paso de tu boca. Teñir de rojo cada tarde en tus brazos, y desgastar cada noche entre tus piernas. Quererte como a nadie he querido, y creer que muero si tu voz no me toca. Los perdones me sobran y me falta razón. Lo siento, demasiado. Porqué , ¿sabes qué? Los malos momentos no significan nada , cuando la persona significa un todo. 

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