Howling for you
siendo parte de las sombras, sus
pisadas quedaban silenciadas por el aullido de los lobos. La luna en lo más
alto, quedaba oculta tras las frías e inquietantes ramas de aquellos árboles
siniestros que parecían perseguirla sin descanso. Trozos de su alma salían
de su cuerpo en cada respiración, dejándola vacía y muerta. Sus lágrimas
resbalaban por algunas hojas ya doradas esparcidas por el suelo, como si
quisieran mostrarle un camino sin salida. Los jirones de su ropa representaban
una parte de aquel corazón débil que había ido perdiendo fuerza con el
paso de los años. Ojos amarillos la observaban desde la seguridad de la
tiniebla. Fotografías viejas guardadas en una caja demasiado lejos de allí
arremetían contra ella. La lluvia lo envolvió todo. Un pequeño agujero en la
base de un árbol le sirvió de cobijo. Tenía frío, mucho frío, pero lo que de
verdad le importaba era el eco de su voz, la sensación de sus manos en su
cintura, y aquellos besos en el cuello. Por una vez, reinó el silencio, y no
fuera, sino en su interior. La calma volvió al igual que aquellos aullidos que
hicieron que se sumiera en un profundo sueño.
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